Diego Alonso es aparejador y escalador. Desde hace varios años compagina su proyecto profesional en Sietequince Arquitectura Sostenible, en la Montaña Palentina, con su afición a la escalada. Es por eso que, cuando le preguntan por sus diez lugares favoritos de la provincia palentina incluye muchos que se encuentran entre valles y montañas.
Diego Alonso también desciende de Villaherreros. Hace unos días se publicó su participación en la sección «Los diez lugares de» que propone cada domingo a palentinos y palentinas el periódico Diario Palentino. En ella, además de la montaña, Diego escogió dos lugares que se encuentran en Villaherreros.
La caseta de la mangada. «Tierra de Campos puede ser un desierto o un vergel, todo depende de la época del año en que se visite. La caseta de la mangada, en Villaherreros, es un lugar/metáfora real en medio del llano, una construcción con un pozo que servía antiguamente de punto de encuentro, descanso y avituallamiento para los habitantes de la zona. Allí se puede disfrutar de la sobrecogedora unión del cielo y la Tierra de Campos. También es un buen lugar para ver alguna avutarda y, si se agudiza el oído, hasta se puede escuchar el chirrido de los carros de antaño y los relinchos de las bestias».
Bodegas de San Pedro. «Acostumbrado a construir mirando al sur para aprovechar la energía y la luz del sol en mi trabajo, admiro cómo el saber popular ha construido un poblado orientado al norte, destinado al vino, en el que claramente la forma sigue a la función. Como esto va de lugares, más allá de la naturaleza báquica del enclave, (aunque, por qué no disfrutar allí también de un traguito de vino) me quedo con las magníficas vistas que se proyectan sobre el pueblo de Villaherreros y sus campos, rematando el paisaje con la silueta de la Montaña Palentina, que desde ahí parece que se puede tocar».
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